¿Cómo traducir el VC?: El español en la encrucijada
codebloodedvc.substack.com
Lo que aparenta ser sencillo, suele ser un desafío digno de admirarse. Así le pasa a nuestro idioma, donde un acrónimo de dos letras expone hoy sus debilidades y el mayor reto al que, en años por venir, ha de enfrentarse. Es, realmente, un problema de traducción. El de tomar un término ajeno como «VC» y traerlo al español. Al hacerlo, nos enfrentamos a los mismos problemas de todo ejercicio de interpretación. Adaptar palabras; regionalizarlas también. Pues, si algo quiero demostrar, en primera instancia, es que, al movernos de un idioma a otro, perdemos la esencia del inicio para adaptarla al destino. Aunque, en segunda instancia, quiero agregar, que aquella afirmación en que al traducir algo se “pierde”, es un grave error. Es cierto que, de la expresión original, mucho ha de desaparecer. Pero, en el destino, mucho puede agregarse en justificación. Las buenas traducciones no son las que toman literalmente palabras y las expresan en otro idioma. Son, en realidad, las ocasiones en que, conociendo a fondo la cultura de un lenguaje, puede adaptarse un término ajeno y evocar una sensación similar para sus hablantes. En el proceso de cambio se revelan las virtudes y los vicios de cada idioma; indudablemente, algo se aprenderá. Y, si alguna palabra así expresa los problemas del español, es el acrónimo VC o, si queremos expandirlo, el «Venture Capital».
¿Cómo traducir el VC?: El español en la encrucijada
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¿Cómo traducir el VC?: El español en la encrucijada
Lo que aparenta ser sencillo, suele ser un desafío digno de admirarse. Así le pasa a nuestro idioma, donde un acrónimo de dos letras expone hoy sus debilidades y el mayor reto al que, en años por venir, ha de enfrentarse. Es, realmente, un problema de traducción. El de tomar un término ajeno como «VC» y traerlo al español. Al hacerlo, nos enfrentamos a los mismos problemas de todo ejercicio de interpretación. Adaptar palabras; regionalizarlas también. Pues, si algo quiero demostrar, en primera instancia, es que, al movernos de un idioma a otro, perdemos la esencia del inicio para adaptarla al destino. Aunque, en segunda instancia, quiero agregar, que aquella afirmación en que al traducir algo se “pierde”, es un grave error. Es cierto que, de la expresión original, mucho ha de desaparecer. Pero, en el destino, mucho puede agregarse en justificación. Las buenas traducciones no son las que toman literalmente palabras y las expresan en otro idioma. Son, en realidad, las ocasiones en que, conociendo a fondo la cultura de un lenguaje, puede adaptarse un término ajeno y evocar una sensación similar para sus hablantes. En el proceso de cambio se revelan las virtudes y los vicios de cada idioma; indudablemente, algo se aprenderá. Y, si alguna palabra así expresa los problemas del español, es el acrónimo VC o, si queremos expandirlo, el «Venture Capital».