La historia de Plenna

Dar matices al mundo de la salud

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Esta semana compartimos la historia de Plenna y sus cofounders Giovanna y Lore, quienes están revolucionando el sector de salud en México para mujeres. Una historia sobre lo mucho que importan las matices en un mundo de absolutos

La versión en inglés de este ensayo se encuentra aquí.

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- Jose Luis

Lo universal, por definición, es enemigo de lo específico—una regla tan vieja como las palabras mismas—. Cuando, como sociedad, tratamos de dar un mismo servicio a todos los ciudadanos, olvidamos que, sobre todo, son individuos con experiencias dispares y emociones propias. En generalizar, me temo, perdemos los matices de toda una población. Solo puede salirse de este patrón con voluntad y alternativas; gente dispuesta a desmenuzar un problema para brindar tantas posibilidades como sea posible. Dar voz a quien no la tenía; comodidad a los que se acostumbraron a lo incómodo. Este es el valor al centro de Plenna; transformar el sector salud al darle el matiz que más necesitaba: el de las mujeres.

Más que de un llamado o una revolución, la idea vino al querer desmenuzar la industria de la salud—de regresar a lo específico por sobre lo universal—. Todos, en algún momento, hemos lidiado con ella; todos conocemos sus imperfecciones. Pero si existe un sector donde, en particular, pesa el impacto de la medicina, es en las mujeres. En un mundo de hombres, creado por doctores—hasta recientemente en nuestra historia, doctoras—, son tantos los prejuicios y tabúes. Basta con ver lo poco que hablamos de enfermedades venéreas o el miedo que sucita, en cualquier conversación, hablar de la menstruación. Ir al ginecólogo es todo un tema; no son pocas las que, en su momento, lo hicieron acompañadas de un familiar y, apenadas, evitaron uno que otro tema.

Es una realidad cruel pero simple. Las mujeres, en lugar de hablar de su salud, sufren vergüenza o peor aún, se llegan a sentir culpables por hacerlo. En un mundo generalizado, sus voces callan.

Así lo vieron Lorena y Giovanna, las cofundadoras de Plenna. Se conocieron trabajando en consultoría y, poco después, coincidiría que ambas dejarían México un par de años para estudiar un MBA. Fue justo en una de las pasantías a mediados de la maestría que llegaría la idea de dar matices al lienzo de la salud. Trabajando para un fondo de impacto social, Giovanna tuvo que escribir en una tesis sobre la salud de mujeres en el sudeste asiático. Viendo los datos y las experiencias en la región no pudo evitar percatarse que, mucho de lo que observaba, eran también sus vivencias en México. Hablando con Lorena, pronto surgió la idea de cambiar el ecosistema; surgió, finalmente, Plenna.

En lugar de dar un modelo de salud de antaño, Lorena y Giovanna quieren crear la clínica que, como mujeres, siempre quisieron. Ya no ser parte de una generalización; que a cada persona se le escuche y atienda como mejor se necesite. Es, de cierta forma, hacer al ginecólogo algo divertido—aunque, para los que crecimos en los hospitales tradicionales, esto parezca imposible—. Como nos dijo Giovanna en entrevista, «No somos el ginecólogo de tu mamá».

Para crear este cambio—para pintar matices—tienen dos modalidades de atención. Por un lado, una plataforma virtual donde puedes agendar citas con psicólogas y nutriólogas, teniendo, como pilar, que te enamores de tu cuerpo. Por otro, crearon una clínica presencial en Ciudad de México con un equipo de ginecólogas listas para atender pacientes. Todos los servicios necesarios, desde colocar anticonceptivos, hasta consultas y pruebas. Para las mujeres embarazadas, atención en todas las etapas e, inclusive, paquetes de atención para el parto. Todo lo que, antes, era tabú, es el pan de cada día para Plenna. Sencillamente, todas las cosas que una mujer necesita para sentirse plena (como el nombre sugiere).

Lo hacen, a su vez, creando un ambiente de cooperación donde antes existía competencia. Si antes, en el mercado médico, los ginecólogos peleaban por clientes, en Plenna el objetivo es apoyarse entre sí, consultando entre ginecólogas para dar el mejor servicio. Y el género es correcto: ginecólogas, no ginecólogos. Ya que Plenna dirige un equipo solo de mujeres para que las clientes se sientan bienvenidas. El propósito es que, como individuo, la paciente se sienta cómoda en un espacio históricamente incómodo.

Pero, si iban a crear la clínica que siempre quisieron, no bastaba con un edificio. También crearon una herramienta virtual que hace fácil conseguir una cita y dar seguimiento. Desde su plataforma, puedes agendar con una ginecóloga sin necesidad de los WhatsApps y llamadas de antes. Después, en el mismo lugar, encontrarás tus recetas y recomendaciones. Cuando sea momento de agendar una visita, te lo recordaran. Sin interacciones incómodas; todo al alcance del individuo.

Es, a su manera, un modelo ambicioso que acompaña a la mujer en todo momento. Cuando preguntamos a Giovanna como definiría la empresa, no dijo que era un hospital o una clínica, era «un modelo híbrido para la mujer moderna en México». Y, si podemos agregar algo, es el dar voz a sus experiencias, rompiendo con la universalidad de un sector para darle valor a lo específico.

En Nido creemos firmemente, en la misión de Plenna al romper con las tradiciones de una industria de antaño y traer un mejor servicio por medio de innovación y tecnológica. Es el tipo de innovación que puede potenciar a América Latina, reformando una industria establecida y creando, de paso, una nueva manera de atención.

Con fondos de inversión, Plenna ha logrado crecer rápidamente para atender a México y contratando a profesionales de la salud. Planean, en breve, abrir una segunda clínica en la Ciudad de México y esperan, muy pronto llegar al resto de la república.

Pero el propósito no es, simplemente, expandirse nada más; es ir poniendo detalles en lo general. Dar, con sus servicios, los detalles al sector salud siempre necesitó. Y que, en todo el país, las mujeres cuenten con el apoyo que siempre necesitaron para vivir no en la conformidad, sino sintiéndose, a su vez, libres y plenas.

Desde el Nido,

José Luis