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Esta semana hablamos de Morgana, una de las empresas de nuestro portafolio, y cómo están revolucionando el mundo de las hipotecas.
La versión en inglés de este ensayo se encuentra aquí.
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- Jose Luis (@JoseSabau)
Toma tiempo sacar una hipoteca. Bastante tiempo en realidad—por no decir demasiado o una eternidad—. Cualquiera que haya pasado por el proceso, o lo haya intentado para luego abandonarlo, lo puede confirmar.
Primero lo primero: el dolor de cabeza.
Hablemos de lo que necesitas, en el México de antes, para sacar una hipoteca. De entrada, hay que tener ideas claras del lugar y el tipo de casa que buscas para evitar errores; quizá muchas conversaciones con tu pareja al respecto. (Nada peor que acabar pagando una casa que no quieres y quedarte con ella tantos años). Luego, debes tener tus papeles en regla y, entre sus renglones tan confusos, encontrar información que pareciera inventada. Con todo ello en mente, puedes aventurarte a las páginas de cada banco y meterte, finalmente, en el mundo de la burocracia financiera. Si quieres comparar hipotecas, tendrás que hablar con muchos bancos a la vez y no perder, en momento alguno, las docenas de papeles que te van dando con toda su información—porque este sigue siendo un negocio de papel—.
Pasarás varias juntas insoportables hablando de números incomprensibles en un idioma que se parece al español sin llegar a serlo. De ahí, más conversaciones largas con familiares, amigos y consejeros. Y, si tienes suerte, todo este esfuerzo te llevará a la decisión que, esperas, será correcta. Todos los astros se alinean tras años de trabajo y semanas de trámites tediosos. ¡Finalmente, tienes una hipoteca! Pagarla ya es otra historia.
Es un proceso de azares y frustraciones; de tanto tiempo invertido. Y, sin duda, lo único que pasa por tu mente es una pregunta: ¿Por qué no puede ser todo esto más sencillo?
Así fue el caso de Cris, CEO y cofundador de Morgana, cuando quería sacar su primera hipoteca en México. Ya tenía claro el lugar donde establecer su familia; sabía cuánto podía gastar. Pero, en cada banco que visitaba, se encontraba con la misma frustración del proceso. Datos confusos y una infinidad de formas que solo podían llenarse en papel. Y todo ello sin contar que, en varias ocasiones, los mismos banqueros parecían dudar de las hipotecas que brindaban.
Algo tenía que cambiar y, para fortuna del sector, Cris estaba buscando forma de emprender. Morgana estaba buscando por donde nacer.
De cierta forma, para llegar a este punto, tuvieron que pasar tantos pasos como los que se requieren para llegar a tener una hipoteca. Unas cuantas coincidencias y, sin duda, un poco de suerte.
Aunque Cris estaba sentado en un banco mexicano buscando financiar una casa en la capital, su historia empieza en Colombia—su país natal—. Ahí, el aburrimiento de los trámites se lo llevó su primer trabajo: un fondo de pensiones. El típico trabajo de análisis, con hojas de cálculo interminables y funciones confusas. Solo que hubo un detalle que resultó ser la mayor de sus suertes. En una de esas fortunas que parecen de novela, su división ya no tenía sillas suficientes para sentarlo. Así que lo llevaron a otra división; la de inversiones alternativas.
Ahí escuchó por primera vez del Venture Capital—lo mismo que hacemos en Nido—. Veía pasar a sus miembros por la sección de inversiones alternativas y, parando la oreja, fue aprendiendo de aquel mundo de emprendimiento. Los VCs marcaban un contraste severo con el ambiente de oficina. Venían a las juntas en sneakers y playeras, en lugar de los trajes de antaño y camisas de botón; los chicos “cool” del mundo financiero y el opuesto más evidente con el mundo de pensiones. Mientras Cris corría macros en una hoja de cálculo para aquellos que se retiraban, los VCs iban a proponer el futuro de empresas con sus inversiones.
Era otro mundo por completo; uno al que Cris quería pertenecer.
Aplicó a tantos VCs como pudo, así como al sacar hipotecas, hablas con tantos bancos te sea posible. Recibió ofertas en Singapur, Brasil y México. Tras pensarlo—y que sus padres insistieran que estuviera en un país donde dominaba el idioma—terminó en México y el mundo del emprendimiento. Iba dando los pasos necesarios para, eventualmente, liderar. Pasó de trabajar en el VC a tratar de lanzar un fondo. Luego a un family office y, de ahí, a dirigir una empresa ya establecida.
Pero mientras Cris iba creciendo empresarialmente, llegaba el momento de sentar cabeza y tomar la decisión que nos trajo aquí: buscar una casa para su familia. Y, para financiarla, encontrarle una hipoteca.
Entonces se encontró con el mismo proceso eterno que ya describimos. Podríamos repetirlo, como seguro hacen mil veces a cada persona que aplica en cada banco con cada visita. Pero mejor ahorrarlos el tedio.
Lo importante es la reacción que tuvo Cris. Fue tal su frustración, que, a mediados del proceso, le quedó claro el problema sobre el cual tenía que fundar. Si tan solo hubiera un sistema para comparar, analizar y firmar una hipoteca, las cosas serían más sencillas. Así que, se puso a crear.
Para conseguir a su equipo inicial, buscó en su pasado. Reclutó, primero, a Fernando y Andres, que, años atrás, trataron de venderle una idea en su VC. Eran expertos en Fintech, con las habilidades para traer las hipotecas al mundo digital. Pero, con un mercado tan complejo, necesitaban a una experta de verdad; alguien que entendiera hipotecas, suplementando sus aptitudes técnicas y financieras. Cris se puso a buscar y encontró, por LinkedIn, la última pieza para fundar: Ana, la COO que tanto necesitaban.
Con el equipo armado y la voluntad de resolver el problema, nació, finalmente, Morgana: la solución para todas las hipotecas. Le pusieron el nombre de una bruja porque, como si fuera magia, podía resolver un mercado sin solución.
Ese mundo tedioso, de charlas y frustración, es cosa del pasado. Desapareció con un hechizo de Morgana.
Ahora, en una sola plataforma, te ayudan a sacar una hipoteca de manera más rápida y cómoda para el cliente. ¿Cómo? Dándote la mano a través del proceso.
Primero, crearon la una plataforma para contrastar, en línea, las distintas métricas de cada hipoteca. Información que, antes, era imposible de tener fácilmente. No solo eso, con solo saber tus ingresos y ahorros, son capaces de darte, de inmediato, una gama de hipotecas para las que calificas, sin tener que ser aprobado por un banco o lidiar con otros tipos de burocracia. Ir a la sucursal, al menos para el arranque, es cosa del pasado.
De ahí te ayudan mucho más. Te apoyan a firmar los tediosos formularios de cada hipoteca—consolidando mucha de la información en un solo formulario que rellena los PDFs de cada banco a más poder—. Te van guiando hasta que, al final, sin tener que pasar por los abusos de antes, llegas a firmar. Gran parte de todo este proceso ocurre desde tu casa, consiguiendo la mejor oferta para tus finanzas y aspiraciones.
Es el tipo de disrupción que, en Nido, valoramos. Tomar una empresa de antaño y darle, con tecnología, un nuevo aire que beneficie a consumidores por montón.
¿Y funciona? Aunque suene extraño, Cris es la persona que preguntar. No como CEO, sino como cliente mismo de Morgana. Había abandonado el prospecto de la hipoteca hasta que su plataforma llegó a funcionar. Ahora, del estrés de la búsqueda, pasó a tener una casa en la Ciudad de México.
Como Cris, Morgana espera llegar a darle, a tantas otras personas, el hogar que habían batallado por financiar. Las hipotecas tomaban tiempo; ahora, gracias a Morgana, solo un par de clicks y una espera reducida, nada más.
Desde el Nido,
Jose Luis Sabau (@josesabau)