La historia de Arkham
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Esta semana compartimos la historia de Arkham y sus cofounders Mau Sepulveda y Hector Monarrez. Juntos, quieren revolucionar las finanzas de grandes empresas de América Latina usando inteligencia artificial para automatizar procesos y brindar mayor eficiencia. Sobre todo, es una historia sobre cómo la locura no pertenece a los que deciden cambiar al mundo, sino al mundo que se rehúsa a cambiar.
La versión en inglés de este ensayo se encuentra aquí.
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- Jose Luis
Cómo los locos cambian a un mundo más loco aún
"The real joke is your stubborn, bone-deep conviction that somehow, somewhere, all of this makes sense! That's what cracks me up each time!"
— Inmate 08021 of Arkham Asylum, better known as The Joker
A veces se necesita estar loco para percatarse que el resto del mundo lo está aún más. Suena a paradoja pero, dentro de ella, hay mucha verdad. A veces, tan adentrados en un problema, solo vemos abscesos y heridas. Olvidamos, sin embargo que el malestar es resultado de un patrón repetido; de una conducta general. Por más que tachemos de locos a los que apuntan al problema, quizá—y solo quizá—los locos somos nosotros que no lo supimos encontrar.
No hay que ir muy lejos para entender este patrón. En una región, como América Latina, basta con ver el frenesí financiero en que viven muchas empresas—para ver sus locuras—. De ser ya antiguas, probablemente cargan con las ineficiencias de hacer todo con pluma y papel. Muchas lo habrán adaptado a computadora hace varios años, pero, manteniendo las estructuras y vicios de antaño. Las más modernas, por su parte, nacieron en épocas digitales con sus propios errores. A veces imitando a empresas establecidas, otras ahogándose entre distintas herramientas que no se hablan entre sí. Las finanzas han sido y son un enredo sin fin, la pregunta es cómo hacer que no lo sean en un futuro. El entender que esto no tiene que ser así.
Esta fue una de las ideas que atrajo a Mau Sepúlveda al mundo Fintech. Inició trabajando en consultoría recién salido del MBA y rápidamente se percató del enorme potencial para América Latina. Era un lugar donde tanto tiempo se habían hecho las cosas sin cuestionar, realmente, su eficiencia; sin darse cuenta de la locura en que operaba el mundo. Millones de personas y miles de empresas podrían beneficiarse de salir de esta locura.
En un cambio metódico, Mau dejó la consultoría y se unió a PayPal en 2016, cuando la empresa estaba en la vanguardia de las finanzas. Ahí conocería a Héctor Monarrez, quien compartía la misma visión y, juntos, comenzarían un proyecto ambicioso: expandir los servicios de PayPal a través de América Latina.
Esos fueron años de éxito; de apoyar a ciudadanos a conseguir recursos financieros hasta hace poco negados por una industria ineficiente. También fueron años de pensar, de percatarse que aún quedaba mucho por hacerse. Fueron los primeros años de locura y atreverse a pensar que los locos no eran los que querían cambiar el sector, sino el sector que se negaba a cambiar.
De sus años en PayPal, Mau y Héctor crearon Astro, su primera empresa juntos—el primer destello de locura—. Viendo las dificultades de PyMEs para manejar sus flujos y entender, a fondo, los diversos procesos que llevaban a cabo día a día para manejar sus cuentas o pagar a clientes, quisieron hacer algo al respecto. Era un sistema con muchas oportunidades; sin respuesta aparente. Así que decidieron centralizar todos los procesos en Astro; una sola plataforma que simplificara la vida de empresarios por montón. En ella, podrían manejar pagos, hablar con clientes y controlar la agenda de la empresa.
En 2019, el unicornio mexicano Konfío compraría Astro y sumaría a su equipo, con esta adquisición, a Mau y Héctor. Ahí pasarían los próximos cuatro años, haciéndose de una reputación particular dentro de la empresa. A su equipo le decían, «los dementes» por proponer ideas más atrevidas que los demás, aún en medio de una startup que estaba revolucionando la forma en que millones de mexicanos conseguían crédito. No bastaba con los cambios que ya se habían logrado; tenían que lograr muchos más.
Así fue como, en 2023, vendría una nueva idea para el sector financiero. Tras años de experiencia, se fueron percatando que la demencia seguía permeando a América Latina y causaba enormes pérdidas a empresas. Esta vez, el objetivo no eran solo las PyMEs; querían entender la locura en que vivían las compañías más grandes de la región. Los dementes, en su ambición, proponían que los locos eran todas las empresas que, por años, habían seguido caminos funcionales, pero innecesariamente complicados sin cuestionarlos a fondo. Lo sorprendente es que tuvieron razón.
Aceptando de lleno el apodo, nombraron a su nueva empresa Arkham, como el manicomio donde, en los comics de Batman, encerraron al Espantapájaros y al Guasón. Pero quizá, como los mismos comics sugieren, los locos no son los encerrados, sino el mundo que los encerró. El problema era guiar a las empresas a descubrir mejores caminos que seguir y entender, también, las enormes ganancias que podrían crear de tomarlos. Eso es lo que buscan hacer en Arkham: Maximizar la eficiencia y productividad de empresas en México y América Latina, por medio de tecnología de vanguardia.
En esencia, Mau y Héctor quieren centralizar los procesos y datos de grandes empresa en busca de eficiencia. El propósito de Arkham es entender los procesos financieros y de back-office más críticos de cada empresa, y las múltiples bases de datos que éstas emplean. Con ello, pueden consolidar información en un solo lugar y, acto seguido, usar herramientas de inteligencia artificial para automatizar sus procesos más importantes, permitiéndole a estas empresas alcanzar una productividad sin precedentes. A la empresa se le presentan propuestas, trabajando de la mano para cumplir, a fondo, su misión.
En estas labores, se va construyendo el futuro y, en Nido, estamos convencidos que en empresas como Arkham serán parte de forjarlo. Como fondo, creemos que parte del crecimiento de América Latina vendrá, justamente, de hacer más eficientes a empresas de antaño y crear, en el proceso, beneficios para toda la sociedad. Si en Arkham son dementes, en Nido lo somos igual.
Lo mejor es que, con el tiempo, Arkham solo se fortalecerá. A paso firme, empresa por empresa, irán curando la demencia colectiva y haciendo norma la eficiencia. Mientras más clientes tengan, más fácil será entender problemas compartidos y crear la patología necesaria para este malestar empresarial. No será fácil, pero, con el tiempo, nos daremos cuenta que los locos no eran los de Arkham, sino el mundo que Arkham quiso cambiar.
Desde el Nido,
- Jose Luis